La muda
Existe un momento crítico en la vida de una tarántula que sucede aproximadamente una vez al año. Se trata del proceso de muda o ecdisis que tiene que ser llevado a cabo a causa de una de las grandes limitantes del exoesqueleto: no poder incrementar su tamaño. El hecho de poseer un esqueleto externo rígido, produce como consecuencia que las tarántulas no puedan crecer. Por lo tanto, para poder desarrollarse deben desprenderse de su vieja piel y generar una nueva. Este proceso implica que la tarántula realice un gran gasto de energía, quedando muy agotada una vez se ha desprendido de su antiguo exoesqueleto.
Científicamente este proceso se divide en cuatro estadíos, sin una clara delimitación entre los mismos: proecdisis, ecdisis, postecdisis y un estadío de intermuda. El tiempo en que este ciclo de mudas se da, varía de acuerdo con la edad, tipo de hábito, hábitat y estado de salud del ejemplar. Básicamente la proecdisis es el tiempo en que la tarántula prepara todo su organismo para realizar la muda. En su interior comienza la formación del nuevo exoesqueleto. La tarántula deja de comer y se mantiene por lo general inmóvil. Comienza a secretar entre el viejo y nuevo exoesqueleto el líquido exuvial, el cual comienza a reblandecer la endocutícula del antiguo exoesqueleto, a su vez funciona como lubricante durante la muda. Al final de la proecdisis la tarántula teje una cama de seda y se coloca sobre ella boca arriba. En ese momento comienza la ecdisis, el caparazón se abre por su orilla y la tarántula comienza a salir por ahí. Con una serie de contracciones musculares la tarántula logra liberarse de su vieja piel. En estos momentos la tarántula es completamente indefensa, todas las partes de su cuerpo están completamente blandas y cualquier manipulación podría matarla. Una vez terminada la ecdisis la tarántula entra en un estado de reposo para permitir que su nuevo exoesqueleto se endurezca. El viejo esqueleto recibe ahora el nombre de exuvia. Una vez que el nuevo exoesqueleto ha endurecido, la tarántula vuelve a tener apetito y regresa a sus actividades normales.










Problemas durante la muda. Esta es quizá una de las causas más frecuentes de muerte de tarántulas en cautiverio. Debido a que es el momento más crítico en la vida de las tarántulas, cuándo están más vulnerables y expuestas a cualquier peligro. Por si fuera poco, este proceso tan desgastante lo llevan a cabo al menos una vez cada año. Lo primero que debemos saber es que una tarántula que adopta una postura boca arriba, definitivamente no esta muerta o muriendo. El primer error que se comete es tomar a una tarántula en esta posición y colocarla nuevamente boca abajo. Esta es una postura típica para el proceso de muda y es indispensable que se realice de esta manera. Por el contrario, la postura típica de muerte es boca abajo con las patas encogidas hacía el interior. Existen casos raros en los cuales una tarántula muda boca arriba o recostada hacia un lado. Estas posturas, aunque atípicas, no deben preocuparnos siempre y cuando el ejemplar se libere completamente de su vieja piel.
Existen muchas posibles causas para que una tarántula pueda tener problemas de muda, pero el principal de ellos es una deshidratación. El agua es totalmente indispensable para llevar a cabo la muda satisfactoriamente. Así que el principal punto a resaltar es que siempre debemos tener a nuestra tarántula bien hidratada y ofrecerle regularmente de beber. No importa que no veamos beber a nuestra tarántula, es una seguridad que, si se le deja un recipiente con agua, en algún momento del día ella beberá.
Algunos especialistas sugieren que durante la muda se eleve la humedad del terrario con el propósito de facilitar el proceso. Sin embargo, no existe una base científica para sustentar que este hecho ayude a que la tarántula mude mejor. Debido a que en su mayor parte la tarántula esta compuesta por agua, además de que durante la muda mantienen una lubricación constante de manera natural, por lo que la humedad relativa del ambiente no es un factor verdaderamente influyente en este proceso.
Debemos saber que la frecuencia de la muda normalmente va acorde con la edad, de esta manera una tarántula bebé muda más frecuentemente que una adulta, incluso en un menor tiempo. Un ejemplar pequeño puede tardar desde un par de horas en mudar, un juvenil hasta unas ocho horas y en el caso de ejemplares adultos, puede ser de horas hasta un par de días, dependiendo de su condición general.
Pero, ¿Cómo podemos saber cuándo nuestra tarántula está a punto de mudar? No importando que se trate de una tarántula de América o del viejo mundo, uno de los primeros signos inequívocos de la muda es que los individuos dejan de comer, se vuelven menos activos, se ocultan en sus refugios. Existen especies que pueden pasar periodos de ayuno también y dejan de comer sin que indique que van a mudar, no obstante, estos casos son los menos. Por ello es mejor siempre llevar un registro de las mudas, así tendremos mayor certeza de cuándo esperar una muda.
Otras causas que generan problemas durante la muda son las enfermedades, debilidad del animal debido a su edad avanzada, heridas, hernias, cicatrices, tejido dañado y en el caso de los machos maduros sexualmente, el gran esfuerzo que implica realizar una muda supernumeraria. También mantener a nuestros ejemplares en espacios demasiado pequeños puede ocasionar que no completen la muda satisfactoriamente, o en caso de completarla que puedan quedar con algunas de sus patas u otras extremidades deformadas.
Si detectamos que una de nuestras tarántulas está teniendo problemas durante su muda, podemos ayudarle, siempre y cuando lo hagamos con sumo cuidado. Lo primero es comprobar que efectivamente nuestra mascota está teniendo dificultades para mudar y no que simplemente está descansando. Lamentablemente la única forma de comprobar esta situación es por medio de la observación y la experiencia. Pero si notamos que tras haber transcurrido en promedio seis horas y la muda no ha avanzado nada, entonces lo más probable es que este atorada y haya dificultades.




Para poder ayudar a nuestro ejemplar debemos procurar no moverlo a menos que sea estrictamente necesario. Si debemos moverlos de lugar, hay que procurar hacerlo de la forma más gentil, para ello podemos ocupar ponerla en una especie de camilla de papel sanitario y desplazarla lo más lentamente posible hacia el lugar donde la manipularemos. Hay que observarla detalladamente para detectar la zona que tiene dificultades para liberarse del viejo exoesqueleto. Hay que poner especial atención a las uniones de cada segmento en las patas.
Una vez identificada la zona que la tarántula no puede liberar, mezclaremos dos gotas de jabón líquido para manos en una taza de agua templada (aproximadamente 250ml de agua). Muy cuidadosamente aplicaremos una gota de esta solución con un pequeño gotero sobre la región del nuevo exoesqueleto que no se puede liberar. Tenemos que ser extremadamente cuidadosos en no derramar o tocar accidentalmente con esta solución los libros branquiales de la tarántula o podríamos perjudicarla aún más.
Sólo en los casos en que no se pueda liberar por ninguna vía alguna de las extremidades, procederemos a la amputación del miembro, este es un método delicado que puede ser llevado a cabo girando la pata atorada desde la base del fémur o realizando un corte rápido con un par de tijeras de disección bien afiladas justo donde la pata se une al prosoma. Este es un procedimiento sumamente delicado y es indispensable que no se realice de no estar completamente seguro de poderlo hacer adecuadamente. Cabe reiterar que esta es una solución que debe considerarse únicamente si se ha corroborado que no hay otra posible solución y esta es la única manera en que se puede salvar la vida del ejemplar.
Los cuidados posteriores a un problema de muda deberán ser el mantener al ejemplar en una mascotera completamente limpia, con una servitoalla ligeramente húmeda en el fondo, misma que debemos cambiar diario para evitar al máximo alguna infección. Mantener al ejemplar en un sitio cálido y oscuro donde no pueda ser perturbado. No deberá ser movida, alimentada o darle de beber, por el momento la hidratación que obtiene de la servitoalla será suficiente. En el transcurso de la primera semana debemos notar una mejoría y recuperación. Si todo transcurre sin eventualidades nuestra tarántula regresará muy pronto a sus actividades normales.